miércoles, 22 de abril de 2015

El miedo de los valientes

"Así que deambulo por suburbios cada vez más remotos del periodismo, hasta que al fin recalo en un sótano de Leandro Alem donde se hace una hojita gremial, y encuentro un hombre que se anima. Temblando y sudando, porque él tampoco es un héroe de película, sino simplemente un hombre que se anima, y eso es mas que un héroe de película" - Rodolfo Walsh, Operación Masacre.




Ely Juárez, 33 años, la mujer era todo risas, de esas mujeres inquietas y que han aprendido a torcerle el brazo a las circunstancias de la vida, a la pobreza y al hambre, para criar dos niños pequeños, y un padre que por las mismas razones que ella, tiene que partir como trabajador golondrina hacia otras provincias. Ella aquí, él allá, los dos están dando pelea. Cocinera en la escuela del paraje, cualquiera que ha vivido en el campo sabe que las madres se encargan de la cooperativa de la escuela, la realidad típica del paisaje monte adentro. Ese monte espeso, que para los grandes empresarios está parado, que para los expertos economistas son recursos sin explotar, que para los políticos son oportunidades de desarrollo, y que para ella es su vida.




Imposible que no vengan a mi memoria las tonalidades verde y marrón que pintaron mi infancia monte adentro. La espesura de un monte misterioso, reservorio de lo más autóctono. Es como un museo vivo, donde se conserva la poca magia que aún guarda el mundo, la inocencia tan defenestrada por los civilizadores modernos. 




Ely, en ese monte, encontraba la leña para su cocina, la tierra para sus cultivos, para sus cabras, para cazar alguna vizcacha, palomas, recoger mistol, algarroba, ulúa y otros dones de la tierra. Hasta que vinieron a sacarle todo lo que era suyo, toda su vida. Se desplegaron las camionetas de la policía, que está para servir a la sociedad, o por lo menos a la parte de la sociedad que mejor pague. La infantería ser armó por los perímetros, Ely nunca había visto tantos uniformes azules, ni tantas armas en su pequeño paraje de San Nicolás. Por otra parte, se hizo presente también la empresa que trae, dicen, trabajo y desarrollo. Tres inmensas topadoras vienen arrasando los árboles, como si de papel se tratase, y es casi mágico ver como esas cosas de hierro y acero levantan como si no pesaran nada a esos mismos quebrachos que los jóvenes tardan horas en hachar, que los niños trepan sin que el árbol se inmute. El quebracho es el símbolo de la fuerza y el arraigo campesino, de la permanencia... pero las topadoras los levantaban como si nada.

Se le nublan los ojos a Ely, sabe que este momento es crucial, le están arrancando todo lo que le pertenece, le están robando la vida. ¿Dónde podría ir? No estudió, no sabe leer bien, no es buena en matemáticas, y siempre vivió vida de campo, ¿A donde va a ir si le quitan el campo? Gira para ver a sus niños, mugrientos, harapientos tal vez y es ahí cuando se le conmueve tremendamente el corazón. Ella podría resistirlo, pero ¿el Damian? ¿la Agustina? Por ellos hay que plantarse, porque no hay dónde más ir.
Le tiene miedo, mucho miedo, porque la topadora es muy grande. Además tienen órdenes de algún juez que sentado en su sillón de oficina con aire acondicionado, firmó el desalojo de las familias, y se fue a su casona en El Zanjón, donde dicen que viven los ricos.



De pie como el quebracho, desmontada como el quebracho. Ely ya pensó en todo, en sus hijos, en su futuro, en el hambre que se viene, en irse a la ciudad, en irse a alguna villa de Buenos Aires o Córdoba. Pero se planta frente a la topadora. Un manojo de miedos, sudando por todos lados, ni siquiera sabe lo que hace, no quiere estar ahí, no quiere estar así. La cara se le arruga del pánico, mientras el tipo de la topadora avanza y juegan a ver quién se mueve primero. El corazón no le resiste más, sus piernas tiemblan sin control y aunque lo intenta, no le sale la voz. Exprime los ojos para soltar las últimas lágrimas, traga y con el último aliento le grita al de la topadora, a la empresa, a la policía, a los jueces, a los sordos, al viento. "Ésta tierra es mía".

El corazón le explota, Ely cae como una bolsa al suelo. Su campo hoy es todo soja, los quebrachos son todo leña, y solo Dios sabe donde andan sus hijos. 

jueves, 26 de marzo de 2015

De Odiseo a Kant

Quinto Horacio Flaco, más conocido como Horacio, o "el flaco" para los amigos, fue un poeta lírico y satírico latino-romano, que seguramente no conoces, pero su obra y sus citas son archi-conocidas. El personaje en cuestión es el acuñador de importantes frases, sentencias o locuciones célebres, capaces de comprimir en forma estética unas muy lindas enseñanzas, entre las que podemos contar el famosísimo "Carpe Diem", y tantos otros más que podrías googlear. Si no la conoces, no pasa nada, no es el punto.


Sapere Aude
La frase que nos convoca es otra de su amplio catálogo, se trata de "Sapere Aude". Se la escribió por carta a su amigo Lolius, donde le hablaba y comentaba sobre los periplos que Odiseo, también conocido como Ulises, tuvo que pasar y sortear en su regreso a casa, después de haber sobrevivido la emblemática guerra de Troya. La frase en cuestión decía algo así como: 
Dimidium facti, qui coepit, habet: sapere aude, / incipe. 

Si no entendiste nada, bienvenido al club de los no-egresados del Monserrat. La traducción sería "Quien ha comenzado, ya ha hecho la mitad: atrévete a saber, empieza". ¿¡Está buena o no?! *tono triunfalista*. Pues así como Odiseo iba sorteando con inteligencia y pericia, Horacio nos anima a pensar, a usar nuestro ingenio, a sortear los problemas de la vida con optimismo y auto-confianza. 
La misma frase será recogida por un grande de la historia del pensamiento occidental. Imanuel Kant la divulgará en su libro "¿Qué es la Ilustración?", aportando así a forjar la Ilustración, el período del pensamiento autónomo, el inicio de las glorias humanista y antropocéntricas. Todas las conquistas liberales y humanistas de la edad moderna y contemporánea pueden rastrearse hasta Kant. Entender al autor alemán es entender las raíces de este múltiple árbol de pensamiento, con tantas ramas y posiciones como te imagines. La razón como la diosa y patrona de los triunfos humanos, la protectora del hombre. La modernidad le prende velas a su estampilla, le reza en latín formulas científicas y matemáticas, para procurar su bienpasar.


Esta máxima impactó desde luego en una de las revoluciones mas significativas de la historia occidental europea. La revolución francesa fue guiada por sus líderes en este camino, el de pensar por uno mismo, en amar y abrazar la razón. La libertad, la autonomía de la voluntad, la determinación de los pueblos, todo esto viene influido por varias cuestiones, y entre ellas esta simple frase "Sapere Aude", atrévete a saber, ten el valor de usar tu propia razón.
Ahora lo damos por sentado, es una frase tuitera de cajón, de manual. Y no somos capaces de asimilar el profundo optimismo que en Europa se tenía acerca de la Ilustración y el uso de la Razón. Todo cambiaba, el modo de gobierno, de vida, de pensar y actuar. Y la razón era su sol, el centro magnético que mantenía todo en pie. O por lo menos ese era el discurso, sin dudas que estos puntos de vista acerca del mismo periodo pueden aportar otras reflexiones.
¿Y si deberíamos abandonar la razón y abrazar la locura? Tal vez hemos estado siguiendo la guía de una ciega e inválida, una diosa sin panteón, que ha caído hace tiempo de su trono. Tal vez Nietszche se equivocó, Dios no ha muerto, la Razón es la que murió.

Aún quedan feligreses de la Razón, pero abundan sus detractores de todos los colores: posmodernos, poscoloniales, decoloniales, culturalistas, feministas, revisionistas, y un largo etc. Darle palos a la Modernidad y la Razón es deporte nacional, patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Ya nadie está totalmente convencido que la ciencia y el progreso nos van a liberar de algo... de hecho nos han hundido peor.
La odisea que la humanidad comenzó hace algunos siglos, de atrevernos a pensar por nosotros mismo, ha sorteado bravos mares y seductoras sirenas. Ya le escupieron en la cara y la condenaron a muerte. La Razón pasó de ser la diosa del hombre, a ser su opresora. Es tiempo ahora de una mirada crítica, que la ponga en su lugar correcto. Para no abandonar la fe, ni tampoco dotarla de lo que no es. Obviamente la ciencia no nos salvará ¿Quién entonces?

(no, el chapulín colorado tampoco)

martes, 24 de marzo de 2015

Yo la tengo!

Año 1962, el año del golpe a Frondizi, del Brasil campeón en tierras trasandinas, de la primera película del Agente 007, y de tantas otras cosas sumamente importantes. Pero vamos a detenernos en una anécdota que en nada va a hacer a tu vida, así que supongo que este sería un buen momento para abandonar la lectura y seguir con la incipiente tarea de hacer nada en Instagram. Si, claro.





Baseball es Béisbol
Durante la temporada 1962, el equipo de los New York Mets contaba como shortstop al venezolano Elio Chacón, en posición entre la segunda y la tercera base, por el jardín derecho, actuando como soporte para que la versatilidad del equipo, fundado en una maniobra deportiva, pueda funcioNO TENGO IDEA DE LO QUE ESTOY DICIENDO. 

A ver, paréntesis, hay que convenir que este deporte es aburrido como un partido a beneficio, y que explicar los detalles de las posiciones y del juego no nos aportan en nada esta ocasión, porque la historia que nos convoca trata de un caso semiológico (?). Decíamos, nuestro amigo venezolano, Elio Chacón, ocupaba su puesto en los Mets, en la Major League of Baseball, pero el pobre no entendía nada de inglés, como muchos de nosotros. Esto significó durante buena parte de la temporada un verdadero dolor de cabeza (literalmente) para su compañero Richie Ashburn, quién continuamente corría para atrapar la pelota y siempre terminaba chocando con su compañero por lo ya explicado, pues el venezolano no entendía ni una línea de inglés. Grave problema de comunicación. Vale aclarar que Chacón pesaba 73kg, por lo que Ashburn necesitaba urgente una solución. Entonces se vio obligado a sustituir la frase <<I got it!>> que usualmente gritaba, por una cosa extraña, un híbrido lingüístico que pretendía ser un <<¡Yo la tengo!>>. Ya en sus cabezas pueden casi escuchar la voz de un típico gringo pronunciando la frase algo así como / iou la tængou /.

La solución funcionó, a medias por lo menos. Ese día Chacón efectivamente entendió, y efectivamente se frenó para evitar un choque con su compañero que le gritaba "io-la tængo". Richie Ashburn, corriendo felizmente por la pradera del jardín central, el brillo de sus ojos presagian una tarde sin choques ni peleas, el viento en su cara es un himno de victoria, un símbolo del aporte que la comunicación puede hacer a la paz de los asuntos humanos. Hasta que dio de lleno contra los 91kg de su compañero Frank Thomas, quien tras el golpe, y aún descolocado por lo sucedido, le preguntó a su compañero Richie Ashburn (en inglés, obviamente): "¿Qué significa Yellow Tango?".



Seguramente debe haber una enseñanza en todo esto, eso lo hace cada uno. Yo solo quise darte a conocer una historia de bar, y una banda de culto: Señoras y señores, con ustedes...
Yo la tengo!.



jueves, 19 de marzo de 2015

Somos todos negros

No hay peor ciego que el que no quiere ver, dicen...

La foto de arriba, que ya debe haber herido la sensibilidad de cuanto fanático haya, no tiene la intención de burlarse, sino de introducir a una romántica (en el sentido del siglo XVIII) y olvidada revolución. Así que vamos a ser un poco mas serios pero sin descuidar el descuido propio de este blog. Hoy combinamos revolución y negros.


Haití
La Revolución haitiana es una historia injustamente echada al olvido, pero sumamente bella tanto como compleja. Existen en el universo digital algunas lecturas y videos a los que cualquiera puede acceder, por lo tanto no me voy a detener en fechas, ni detalles históricos. La revolución en cuestión combina esclavitud, abusos, hambre (mucha hambre), vudú, ideales revolucionarios venidos de Francia y un sistema económico que puede haber cambiado de apariencia, pero sigue siendo el mismo agujero negro que engulle cualquier ideal en pos de la riqueza. En la isla, durante 1971, comienzan los procesos abolicionistas en los que blancos y negros, propietarios y esclavos, se daban de a machetazos, obviamente que los primeros con ciertas ventajas armamentísticas, pero ciertamente ambos bandos se daban duro. Hasta que en 1804 la mitad occidental de la isla La Española se convirtió en el segundo país independiente del continente, y el primero de América Latina. Durante toda su historia pagó, y paga el precio de su "rebelión". 

De alguna forma nefasta, la emancipación de la que Europa se enorgullece solo vale si es para blancos, no para negros. Solo vale si es para burgueses, no para esclavos. Solo es posible si somos nosotros, no los otros.

Solo voy a dejar aquí citas aisladas del preámbulo, y algunos artículos de la Constitución de 1805, de lo que fue la primera república negra del mundo y un emblema de la lucha abolicionista. Suscitan las reflexiones sobre los negros que querían ser libres, negros que querían ser blancos.
--
"En presencia del Ser Supremo, delante de quien son iguales los mortales,
y que ha esparcido tantas especies de criaturas diferentes en la superficie
del globo con el fin de manifestar su gloria y su poder en la diversidad de sus
obras; ... en frente de la naturaleza entera, de la que nosotros hemos sido tan
injustamente y después de tanto tiempo considerados como los hijos rechazados"

Art. 1. El pueblo habitante de la noble isla llamada Santo Domingo
decide aquí formarse como Estado libre, soberano e independiente de todo
poder del universo, bajo el nombre de Imperio de Haití.
Art. 2. La esclavitud es abolida para siempre.

Art. 4. La ley es una para todos, sea que castigue, sea que proteja.

Art. 6. La propiedad es sagrada, su violación será rigurosamente perseguida.

Art. 9. Ninguno es digno de ser haitiano, si no es buen padre, buen hijo,
buen esposo, y sobre todo buen soldado.

Art. 11. Todo ciudadano debe poseer un oficio manual.
Art. 12. Ningún blanco, cualquiera sea su nación, pondrá un pie en este
territorio con el título de amo o de propietario, y de ahora en adelante aquí
no podrá adquirir ninguna propiedad.

Art. 14. Necesariamente debe cesar toda acepción de color entre los hijos de una sola y misma familia donde el Jefe del Estado es el padre; a partir de ahora los haitianos solo serán conocidos bajo la denominación genérica de negros.
--

Somos todos negros
Defienden la propiedad, pero solo de los negros. El tono del documento está en deuda con los ideales liberales que en América del Norte y Francia se enarbolaban por aquellos días, pero los europeos nunca reconocieron la legitimidad de esta revolución. Porque toda revolución es linda, excepto cuando me perjudica. 

Pero si hay algo que se puede rescatar, es la redención de la palabra "negro". El símbolo de su opresión, el rótulo que les recordaba que ellos eran esclavos, que eran los diferentes a la norma blanca-europea, pues ellos eran negros. Y siguen siendo negros, negro el esclavo, negro el dueño, negro el comerciante, y negro el presidente. Por ley, todos negros.

martes, 17 de marzo de 2015

La piedra entre La India y China

Si vos me preguntás ya, ahora, si el país de Bután tiene una selección de fútbol, me la juego que "no". La cosa es que sí tiene, y hoy (17 de marzo de 2015) ganó su 4º partido en toda su historia deportiva, historia pobre y amarga por cierto.


La selección entrenando después de alcanzar el nirvana
 Hasta hace unas horas (13:26 del 17/3/2015) era el peor equipo en el ranking FIFA, con 58 partidos jugados, solo 3 victorias y una tristísima diferencia de gol de -185 (sí, el número está en negativo). En lo que va de esta temporada (2014-2015) Messi va marcando unos 32 goles...esos son mas goles que toda la historia de la mencionada selección hasta ahora. 
Todos sabemos que ser hincha de Racing es un tema, un sacrificio que algunos pocos llevan heroicamente, pero ser de Bután debe estar muy jodido. No quiero pensar en ser de Bután e hincha de Racing en simultáneo, uff, necesitas un programa de subsidios para bancar esa vida. Ver las estadísticas del equipo asiático es una maratón de cine independiente, es una feria de lectura trascendental, una cola en el banco Nación. La peor selección del mundo, con 0 puntos en el ranking FIFA.

Una reflexión inconclusa.
Tal vez podríamos preguntarles, ¿Por qué siguen jugando? ¿Por qué seguir intentando? ¿Cuál es el fin de pasar tanta vergüenza? ¿Por qué?... Ellos siempre responden lo mismo: "dzongkha changlimithang".
Si vos vieras la alegría de los chinitos (?) cuando su selección ganó, los pibes abranzándose, los festejos del gol que aseguró la clasificación a la segunda fase, si vos vieras la alegría ingenua en los festejos de la victoria... te aseguro que dejarías tu triste y vacía vida y partirías en el primer vuelo charter a Timbu, capital del país. Te lo aseguro ¡te lo aseguro! Por eso no te muestro el video de los festejos.

Pero hay algo dulce en la inocencia, algo que hemos perdido nosotros que estamos totalmente convencidos de que somos potencia futbolística en el mundo. Cargamos con la pesada exigencia de ganar o ganar, que nos obliga a crear culpables en los cuales descargar nuestras frustraciones, nos lleva a catalogar de "fracaso" todo intento legítimo y loable que no logre satisfacer nuestras expectativas egoístas que amasamos desde el sillón de nuestro living. Deberíamos parar la pelota, y preguntarnos ¿no estaremos exagerando con el mito del fútbol argentino?. Parece imposible que alguna vez suceda, porque entonces sería auto-descubrirnos perdedores. Comprenderíamos que tal vez no somos el gran país (que de todos modos nunca fuimos); tal vez no somos la potencia mundial que creemos ser, tal vez no somos el granero del mundo, tal vez no tenemos una mística copera, tal vez no somos la Europa de América Latina, tal vez no tengamos la misión trascendental de ser "primer mundo". Tal vez somos más parecidos a Angola que a Francia,  somos menos Alemania y más Bután.

Me pregunto si acaso no seríamos más felices si solo dejáramos de pretender potencia y de flashear superioridad. Tal vez nos abrazaríamos llorando cada vez que clasificamos al mundial, y tocaríamos el techo de felicidad cuando salimos segundos. Entonces tal vez aprendamos a valorar los esfuerzos.

O tal vez no, y seríamos los mismos cambalaches amargados argen-simios.

Para los curiosos, hay un documental llamado "La otra final" de Johan Kramer. ¡Que viva el fútbol! y su avalancha de emociones, aún cuando solo se trata de un picadito en el Himalaya. Solo resta una reflexión, un interrogante... ¿el gentilicio de Bután es butano? para pensar en casa.

La Sub17 del equipo "dragón" siendo uno con la pelota